15 abril 2007

Autismo

Una vez descubrí que mi hermano era autista. Lástima que cuando lo descubrí ya fue tarde. Mis padres me lo habían ocultado para no explicarme, por mis siete años tal vez. Los fines de semana, cuando venía, dormía en mi cuarto y una vez yo le escondí sus medias adentro de los zapatos. Estábamos solos. Yo lloré mucho. Todavía recuerdo el ruido de la pared estrellándose en su frente y la sangre chorreándole sobre sus pies desnudos.